viernes, 4 de octubre de 2013

Adilia Caravaca, presidenta de WILPF asiste a la entrega del premio a Elizabeth Odio Benito por su lucha contra la violencia sexual

El 2 de octubre 2013 el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) del Gobierno de España le otorgó el Premio por su labor destacada en la erradicación de la Violencia de Género. A la entrega del premio asistió la presidenta de WILPF, Adilia Caravaca junto con miembros de WILPF-España. 

Elizabeth es una abogada y feminista costarricense. Fue segunda vicepresidenta de la República de Costa Rica y ministra de gobierno en varias ocasiones. Jueza del Tribunal Internacional para juzgar los crímenes de la antigua Yugoslavia (1993-1998). Ella afirma: «Soy una optimista. Estoy totalmente convencida de que algún día la tierra será un lugar mejor para vivir.» 

Nació en Puntarenas en 1939. Su padre era maestro, originario del lugar y su madre, hija de inmigrantes españoles. Estudió Derecho en la Universidad de Costa Rica y posteriormente obtuvo el título de Notaría Publica y realizó también Estudios de Género. Fue la primera mujer profesora en la Facultad de Derecho en la Universidad de Costa Rica y posteriormente fue rectora interina de la Universidad. Fue Ministra de Justicia en dos periodos (1978-1992) y (1990-1994) y desde esta posición, fue una de las impulsoras del Código de Familia, que contiene importantes avances en materia de derechos de las mujeres y los niños y niñas. 

En 1993, fue elegida por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad como magistrada de la Corte Penal de la ONU en la antigua Yugoslavia. Ella y Gabrielle Kirk McDonald’s de los Estados Unidos fueron las únicas mujeres en el Tribunal de La Haya. Gracias a la iniciativa de ambas mujeres, la violencia sexual, por primera vez, aparece en el derecho internacional como un tipo específico de la delincuencia. También, el estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional ahora incluye la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización y otras formas de violencia sexual como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad – contra la dura resistencia de los países islámicos y El Vaticano. Su pensamiento, su trayectoria y sus ideales los resume ella misma: "He luchado y lucharé siempre para que las sociedades sean cada día más equitativas y justas y las mujeres y los hombres del mundo sean seres igualmente dignos e iguales." 

Ha recibido numerosos reconocimientos en su país y en el ámbito internacional.